¿Y qué estamos haciendo aquí?

Pues no se sabe bien, pero resulta que al escritor Lorenzo García Vega le ha dado por intentar una novela conmigo, una estudiante graduada quien intenta, entre otras cosas, escribir una tesis sobre la vida y la obra de este señor que ahora es mi amigo. Lo que irá apareciendo aquí es, en palabras de Lorenzo: "un zuihitsu en el que fuéramos relatando, a la manera de un diario en email, el relato de nuestra relación (una relación establecida por motivo de una tesis, pero donde, lo que estaría, fuera el invento que haríamos, tú y yo, de nuestro pasado y de nosotros mismos, como dos personajes de generaciones distintas que tratan de encontrarse, inventándose."

Wednesday, August 18, 2010

Viejo/ Incompleto



“Contra la vejez no hay estrategia”, creo que decía Bioy Casares.  
Yo, puedo decirlo, no he renegado de mi vejez. Pero mi imaginación, quizás, ha tratado de aliviarme de ese peso, ofreciéndome proyectos y más proyectos de relatos. Relatos con “personajes viejos”, y con un Home, y hasta con un manicomio de ancianos locos. 

No hay duda, ha sido una diversión literaria. Me he entretenido, inventándole situaciones a viejos, casi siempre locos (y hasta obsesos con el color amarillo).
Tanto me ha llevado eso de fantasear con la vejez, que ahora me pregunto si esto no tuvo un antecedente en aquel extraño magma imaginativo en el que me metí hace años, consistente en una compulsión de ir, todos los días, al lugar donde había una colchoneta vieja, tirada en un solar yermo. Un ritual, sin duda. Y que ahora me está pareciendo respondía a mi enfrentamiento, entonces inconsciente, con la sombra en que la vejez estaba llegando, aunque escondida.  

Entonces ¿sería que, con esta compulsión de pasear hasta el lugar donde estaba una colchoneta vieja, yo estaba como mirando hacia otro lado, o sea, evitando el enfrentamiento (el enfrentamiento que después fue amarillo) con los años que se me venían encima?
No sé. 

Mi sueño, hasta ahora, no parece haberse enterado de esto (tampoco he soñado con lo amarillo). 

Pero anoche, me encontré con un hacinamiento. Un hacinamiento: viejos y más viejos, en un Hospital. 

¿Cuántos viejos había en mi habitación? 
Yo, en medio de todo este hacinamiento, tuve que colocar mi pomo de pídoras, junto a mis papeles, y colocarlo sobre la cama donde estaba un viejo enfermo. 
¡Qué cosa más estrecha! 

Yo quería bañarme -¡bañarme dentro del sueño!-, pero no sabía donde guardar mis papeles. 
¿Fue un sueño de angustia? No lo parecía. Pero lo que sí sucedió es que los viejos, los viejos que, hasta ahora, mi imaginación había jugado con ellos, se han metido en el sueño de verdad, en el sueño nocturno. 

¡Viejo!, me dije al despertar. Viejo, pero sin nunca acabar de ser. ¡Incompleto y extraño! 


Lorenzo García Vega

No comments:

Post a Comment