-Una mañana, no sé cómo, desde dentro de mí salió un payaso.
Pero ¿cómo pudo ser eso?
O, dicho de otra manera: ¿ cómo, siendo yo tan seco y roñoso, pudiera tener un payaso dentro de mí? No lo sé.
El payaso gritó, dio saltos, actuó, en fin. Mientras, yo me mantuve inmóvil.
Después, al poco rato, el payaso se fue por un lugar que bien pudiera haber sido el mismo lugar por donde vino. Pero, ¿ cuál fue el lugar por donde vino?
¡Qué raro es todo!
Razón por la cual, terminada esta experiencia, la encapsulé en un email y se la envié a Alba.
Alba, una joven canaria, pintó mi bastón cuando yo estuve en tenerife.
Alba está en Florencia, entrenándose para actuar como payaso ante auditorios de niños enfermos.
-Una ballena llamada Creigh.
Pero, esa ballena no existe.
O..., más bien existe donde, yo, actúo como un personaje que se siente ofendido, muy ofendido.
¿Por qué ofendido?
Loreno García Vega
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