-Creyó la camarera que podía, a pesar de su agresividad, mostrar a los clientes una máscara aceptable. Pero, después que la supervisora la miró fijamente, se le cayó la máscara, se le viraron los ojos y, mirando hacia el techo de la cafetería, pensó que pudiera haber un hueco por donde poder escapar.
Entonces, en un instante, la camarera pasó por un juego cruel: se le cayó la máscara, y se le puso la cara de quien no sabe qué va a hacer con su vida.
- A las cinco de la mañana despertó, después de haber estado en un circo (¿cómo era ese circo?Entonces oyó el nocturno rechinar de los muebles, ensanchándose.
-¡Increíble! Apareció un slide, tatuando a un árbol (?).Yo no entendí nada. Sólo recordé, no sé por qué, la vez que estuve en un super mercado. ¿Slide con recuerdo de super mercado? Mejor me pongo a mirar para otro lado.
Lorenzo García Vega
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