¿Y qué estamos haciendo aquí?

Pues no se sabe bien, pero resulta que al escritor Lorenzo García Vega le ha dado por intentar una novela conmigo, una estudiante graduada quien intenta, entre otras cosas, escribir una tesis sobre la vida y la obra de este señor que ahora es mi amigo. Lo que irá apareciendo aquí es, en palabras de Lorenzo: "un zuihitsu en el que fuéramos relatando, a la manera de un diario en email, el relato de nuestra relación (una relación establecida por motivo de una tesis, pero donde, lo que estaría, fuera el invento que haríamos, tú y yo, de nuestro pasado y de nosotros mismos, como dos personajes de generaciones distintas que tratan de encontrarse, inventándose."

Sunday, March 20, 2011

Alguien te mira-Baja el telón

Llevo demasiados días dándole vueltas al cierre del blog. Lorenzo no. Él es más práctico para estos asuntos. Simplemente, recogió su bolita y se marchó. Hay demasiados proyectos esperándole.


Hace algunas semanas me quedé en casa de Lorenzo y de Marta. Aparecieron también, y casi como por arte de magia, Sean (el Manning de Fierro y de Texas), y Pedro, amigo del ping-pong, y de Lorenzo, y a quien debemos la foto con el papagayo.



El tiempo en Playa Albina pasa. El tiempo en casa de Lorenzo se detiene.
Maúllan los gatos, ella sirve vino blanco, él prepara el café. Nos sabemos testigos. Hablamos por fuera, reímos por dentro.


Una tarde hablamos del tren, del sonido del tren, del impacto que el sonido de un tren había tenido en la memoria de un niño del campo cubano. Ella lo miró y dijo algo de un trauma. Parece que ella no recuerda el mismo tren. Entonces hubo una pequeña discusión en torno al color del tren. Yo le tuve que confesar que en mi niñez no hubo ningún tren. Él no sabe, él no puede imaginar niñez sin tren, sin el miedo del tren, sin la vibración del suelo y el retumbe de las paredes. Yo creo que se desilusionó ante mi falta de trenes.


Una noche llegamos tarde a la cena, y para compensar, nos dio con hablar de poetas suicidas. Ellos se entusiasmaron, y comenzaron a recordar con lujo de detalles los modos en que cada uno había decidido quitarse la vida. Un poco macabro el tema, pero tanta risa. Ahora el nombre "Eunice Odio" me sabe a Playa Albina.


Un día Lorenzo, en medio del café, se fue al cuarto y trajo el diario en donde anota sus sueños. Hablamos de técnicas de retención de sueños. Lorenzo recomienda no moverse, no abrir los ojos de inmediato: hacerse el muerto, eso dice, para que el sueño no se desintegre con nuestro movimiento.
Lorenzo me preguntó tres veces que cuando terminaba la tesis. Pronto Lorenzo, pronto.


Dos noches vimos telenovelas juntos. "Alguien te mira", se llamaba. A Lorenzo le gustaba. Era un poco violenta. Cuchillos, asesinos, fantasmas, un psicópata que, insistía Marta, se parecía mucho a Sean.


Alguien te mira, Lorenzo. No sé si te dije, no sé si lo sabes, pero alguien te mira.


Qué difícil resumir. Una tarde nos sentamos, Lorenzo y yo. Hablamos, cómo no, de Lezama, de Cuba, de Orígenes. Era por la tarde y la luz cambiaba. No sé, era como un desplomarse de la luz sobre sus ojos azules, sobre el sofá, sobre algunas partes del suelo. En el comedor Marta y Sean hablaban del pasado, ojeaban un album, creo. Pero esto yo no lo sé. Esto me lo invento un poco.
Entonces, en medio de un recuerdo difícl, yo le dije que la luz se había puesto bonita. Él dijo que sí, dijo que a esa hora la luz le recordaba un verso de Lezama: "la luz es el único animal visible que emana de lo invisible." Cito mal y de memoria.


La luz en sus ojos, la luz dibujando una línea recta en mis rodillas, la luz llegando hasta el comedor, iluminándolos a ellos. Supe que no lo olvidaría. Fue como ser testigo del propio recordar. Fue ver un gesto, un silencio, un temblor de manos y saber que ya nada puede ser igual.


Y el advisor dijo en un email que se quedaba con la Cuba de Lorenzo, esa que lleva cargada en la mirada. Esa que insiste en homenajear una estéril circunstancia, adornándola con la cresta de un papagayo. Dejándolo que hable.
Pidiéndole que sea él quien diga la última palabra.


Margarita Pintado


postdata: Lorenzo, gracias por jugar.

Wednesday, February 23, 2011

La Era Imaginaria y unos Monstruos de Raúl Sentenat




Algo así como ese cuentecito de las eras imaginarias. ¿Cómo fue? Cuando llegué a Miami, conocí a un artista joven que me mostró unos monstruos. Yo supe, entonces, que no sólo aquello procedía del no paisaje donde acababa de instalarme (el no-paisaje donde ha habido hasta una colchoneta tirada en un solar yermo), sino que aquello inauguraba una era imaginaria del tamaño de una cajita: LA PLAYA ALBINA.


Después, comencé a contar los años de Orígenes y, no sólo se la dediqué a Raúl sino que, como siempre me pasa, se me trabucaron algunos datos, y hasta le atribuí a Raúl Sentenat algún dicho, y alguna cosa de la cual él no era el responsable. 




Pero lo hecho hecho. Y yo nunca he dejado de admirar a Raúl Sentenat, el amigo artista que, junto con una Era Imaginaria de mala muerte: la Playa Albina, me entregó unos monstruos. 
Lorenzo García Vega

Tuesday, February 22, 2011

FLORIPONDIO CON PAPEL NONSENSE

La tarde continúa. Y hace rato que yo me debería de haber suicidado. 



Al finalizar lo débil – la débil tormenta, por ejemplo- , ¿qué es lo que en realidad comienza? 

Hay pájaros parados sobre una pierna, Una pierna que trata de imitar al Cielo.
Pero no hay, ni debe haber, ningún registro para la Luna. ¿Estamos de acuerdo?
(Pensando en esa culebra que simula el agua).

Colaborando -¡qué absurdo!- a la inaparición de un ramo que no existe.
¡Listos para no vivir!


Lorenzo García Vega


Ilustraciones de Raúl Sentenat (www.sentenat.com)















Monday, February 21, 2011

Bola sobre cuadrado


-Rank, el maestro de Jagüey, que murió siendo mi vecino. 
Después de muerto, cúantas veces me ha parecido verlo lejos -o he inventado que lo veo lejos-, en mis paseos.
En este domingo de hoy, le invento un laberinto. ¿Qué laberinto?
-Sólo unas líneas, para meter a un personaje dentro de un ataúd que cupiese dentro de un mini-cuento.
Un personaje amarillo se oscurece, debido a la luz. Esto sería el argumento. 
-La Luna de anoche fue la misma que iluminó aquella...
Apunto esto, pero no sé, no recuerdo, qué lugar fue el que, una vez, iluminó la Luna de anoche, y, por supuesto, tampoco puedo recordar en que tiempo, la Luna pudo iluminar ese lugar que no recuerdo. -La tarde: quisiera quedarme con una bola sobre un cuadrado. ¿Nada más? Nada más y, sin embargo, desde ahí pudiera rienventarme.  ¿Pero estoy hablando por hablar? No.
¿Una bola sobre un cuadrado, para así reinventarme? Sí.
En 1934, en La Habana, había unos mosaicos en el comedor del Hotel Bristol. La luz del sol, cuatro de la tarde, que entraba por la ventana. Pero ¿cómo se puede, con palabras, expresar la destilación de aquella luz en el comedor del Hotel, hasta poder transformarse en una bola sobre un cuadrado y, con ello, reinventarme?
Lorenzo García Vega


Sunday, February 20, 2011

SUEÑO


Enorme, pero destartalada casa de madera. En lo exótico se pudiera situar -¿en un país eslavo?


Es un prostíbulo - nada sensual, nada erótico: todo es feo.


Puede llegar a ser grotesca la fealdad de los visitantes del prostíbulo: hombres de saco y corbata, de mayor edad. 

¡Qué pobreza más sin sentido!


Hay una sórdida escena que no me atrevo a traducir con palabras.


(Teléfonos para hablar con los muertos, en un túnel de plexiglás - esto forma parte de una serie del cómic). 

Pero ¿este sueño no es una repetición? ¿Este sueño no repite otros sueños, con prostíbulos en sórdidos lugares? -¿en Chicago?


Pero ¿no se trata, como en la alquimia, de una destilación? Pues él ha estado despierto, aquejado de dolores artríticos, y de una como quemazón en la piel. Ha estado con este fuego en la piel hasta las 4 y 20 de la mañana. Y, entonces, cayó en la destilación. Cayó en el sueño con la casa de madera.

Al terminar el sueño, cesaron los dolores artríticos, y la quemazón en la piel. Indudablemente, se ha tratado de una destilación.

Pero hay una escena, repito. Una escena que no quiero traducir, que no quiero contar.

¡Qué horrible era la casa eslava de madera!

Lorenzo García Vega

Friday, February 18, 2011

MONOLOGO DEBAJO DE UN SUEÑO


No la entiendo, ¡no la entenderé nunca¡/ Proponerle una amistad, a pesar de saber que hay una insalvable lejanía.

Aparecen... ¿Quienes aparecen? Aparecen unos... ¿Unos qué, unos cómo? Dibujaríamos así: carpinteros, volatineros, o sea, tipos raros. 


El mundo de ella, todo el mundo de ella, es un mundo distinto.


¡Yo no sé cómo pagar la cuenta¡ Es que sí, para pagar meto la mano en el bolsillo, me enredo. ¡Me enredo¡: es agua, o es algodón, lo que saco del bolsillo. 


Sin duda, es un mundo que no entiendo.



SUEÑO- En el sueño, mi madre queda lejos. Ella me necesita ¿Ella me necesita, o es que nunca me ha perdonado?

Yo, con la rodilla doblada, debajo de la almohada. Entonces me acuerdo de Jackson Pollock.

Lorenzo García Vega

Thursday, February 17, 2011

FEBRERO 17 (CONTINUACION)


-Dos niños, soñados volando en un avión negro, con Barberán y Collar como pilotos. También hay una maceta en el vestíbulo de un cine de 1936.

Abajo, unos pupitres rotos, en la sala de desechos de una biblioteca.
Todo esto pudiera servirme para reconstruir los años pasados, cuando iba al solar yermo para vistar a la colchoneta vieja.


-Celia, una ex-monja de 86 años, vuelve a tomar los hábitos. Se retrata junto a una pecera vacía. Esto, cuando el artista comenta sobre su manera de fabricar una imagen. 

Rogelio Saunders me acaba de enviar un email. 


Pero lo más interesante sería el hombre invisible, sentado junto a un pasquín electoral cubano del 1936. Una concepción para darle vueltas. El hombre invisible, seguramente extraído del Infierno.

-Aquella casita que obsesionó mi niñez. La casita que yo veía en el tren, cuando iba de Jagüey para La Habana.

¿Dónde podría meter a esa casita? ¿Sin decir nada, la metería dentro de una cajita plástica, transparente?

Lorenzo García Vega

Mini-cuento y sueño- Al terminar de leer un mini-cuento, uno puede decir: "Bon appetit".

Cuando uno sale de un sueño, ¿también puede decir lo mismo?


-Un pedazo de yeso que se acaba de suicidar.


--Esos dos personajes amarillos, frente a frente y al lado de la ventana. Al fondo, las hojitas del árbol, con luz neón.  

- ¿Un Diario igual a una novela en expansión? ¿Un Diario compuesto como el Dripping de Jackson Pollock? ¿Reguero, siempre reguero, de una novela que no acaba de ser, porque siempre se está expandiendo?  

-¿Nítidos recuerdos? Pero ¿por dónde andan los nítidos recuerdos? 

-La lectura es siempre incierta e indicial, las palabras parecen piedras en un muro, el sentido depende del peso, del volumen, de la posición. Llamamos a ese modo de leer la "crítica concreta", dice Piglia.
Yo me pregunto si ese modo de leer es lo adecuado para entender nuestros sueños.

Ejemplifico esto con un SUEñO: van caminando por ese patio que ha formado parte de sus vidas / de pronto, al desdoblarse sus vidas, el diablo y el sexo / toman las riendas de un pasado que nunca se ha acabado de ir / estalactitas, estalagmitas: interiores: toman la rienda / es un océano de perversión / ahora se comprende: nunca nada se disuelve / como las olas de un pozo / se podría contar esa historia del demonio / en qué lugar? / el patio de la casa de mi tía Marardina, en Jagüey Grnade / pero hay otros patios, tenebrosos, más o menos recientes. 

-Tenedor y mi pañuelo viejo, sobre la mesa del comedor. ¿Por qué creo que hay una historia ahí?

Lorenzo García Vega

Sunday, February 13, 2011

DIVAGACION EN UN DOMINGO, respuesta


No hay entrada. Es un eterno caminar por la salida. Resbalar orillas. Pero no hay entrada porque no hay nada que meter por una supuesta entrada.
A la salida de la entrada saluda el sombrero del hombre de la sombra de las cinco.

Afuera un trampolín sueña con un niño. Que salta.
Salta.

Margarita Pintado

TAMBIEN EN EL FEBRERO, DOMINGO 13


-Escribir "al descampado" es lo único que nos debe suceder. O sea, evitar la fabricación del poema. Paradójicamente, no se es poeta para fabricar poemas, sino para saltar. 

-¿Fabricar poemas? No. Improvisar con la prosa, sí. Piglia dice que improvisar con la prosa es lo que quería hacer Néstor Sánchez.
 
Repito, no me gusta ser un fabricante de poemas. Pero tengo que darle más vueltas a eso.

Mini-cuento- Un cuento donde el personaje sólo se expresa cuando lo cubre la sombra del "shadow of five o'clock".

Lorenzo García Vega

DIVAGACION EN UN DOMINGO


Pero ¿qué sentido puede tener lo borroso de un clavo semi-hesférico? Aunque había luz, las tinieblas no dejaban de ser necesarias. Pero ¿qué es lo que se busca –si es que, en realidad, se busca algo-, cuando no hay nada que buscar. 

Pues se trata de una austeridad muy rara. Había una caja, y en su interior una fiebre –pero ¡que fiebre tan lejana¡- Fiebre que ya no padezco, aunque todavía pudiera padecerla. 

¿Por qué -¿en cuál paisaje?- ha sido devorado? Una araña que es como agua, aunque sobre esa agua no hay nada que decir (Resbala, sin ningún sentido, la palabra almidón).


Y aquí estoy, entonces, en este infierno que me está permitido. Sin que se sepa bien para qué, en este infierno, hay huecos que son semillas. 

Como si no llegara a contemplar ningún ajedrez, dentro del crucigrama. 
Un conjuro sin forma. Pero arreglarse con eso no es fácil. No es fácil un conjuro sin forma. 

Lorenzo García Vega

Orillar

Lo arrancado sombrea lo que queda de un grito deshilado mirado por lo ciego que nos busca siempre. Últimamente la opacidad del gesto, lo claroscuro tapándose los ojos, lo que dice desde la mudez, haciendo estragos en el blog.

Llegan los gatos. Los mismos de siempre. La noche, la lluvia seca rompiendo los techos de unas casitas de campo, y los gatos, siendo gatos, escurriéndose detrás de las persianas, maullando detrás de tu insomnio.

Radiografía de lo callado. ¿Canto sin sonido? Rueda lo extraño dentro del domingo. Hace tiempo que el domingo se mete, voluntariamente, dentro de una cajita. Y allí llueve lluvia mojada. Como antes.

Afuera los niños chinos cantan en silencio y recogen unas hojas. Sus cabezas, como palomas recortadas, aparecen siempre en el sueño de la vigilia. Mirarse en tercera persona. Porque estos niños me lanzan más afuera. Me exilian de mi, y a veces no sé cómo regresar a casa. Porque los niños. Cabezas recortadas, pájaros cerrados: el difícil mapa de una orilla.

Margarita Pintado

La poesía tiene que ver con los gatos. Y esto se aprende cuando uno mira las hojitas del árbol.

Lo curioso es que a mí no me gustan los gatos. Les tengo miedo. Como les tengo miedo a todos los animales.

Lorenzo García Vega

CUANDO NO PARECE SER NI DE DIA NI DE NOCHE



Definitivamente, este bordado que pudiera ser ininteligible, está metido dentro de un lago. 


Yo lo digo con ninguna voz, ahora que me está sucediendo eso: decir sin ninguna voz. 


Pues palabras que ahora, de niño, me saqué de los bolsillos. Pero ¿dónde están mis bolsillos? 

O es lo semejante a la sombra de un payaso.

Supongo que esto pueda ser lo que está ocurriendo.

OBSERVACION- La luz neón, la de la piscina del Motel, vuelve siempre. Ahora parece como que se va metiendo dentro de un ascensor amarillento. Pero esto no puede ser verdad. Y es que mientras, dentro del sueño, agarro un reloj, el tiempo pasa lentamente (¿es que sueño lo profundo como si estuviera escondido? No lo sé).



¿ES QUE DE VERDAD NO QUIERO?


La –sol – fa. Fa- sol – la. La rino... ¿ La rino qué? ¿ De qué río se trata? , ¿o solo?, ¿o lo que espera es un silencio? 

O una lluvia, fea, que una vez cayó sobre una cuartería fea. Y, lo que pudo ser: ¿fueron días mediocres? Es posible que así fuera.

Soledad que me dejó teñido de blanco. ¿Dónde fue el barrio en que sucedió eso?

Hay persianas que no cierran, pero eso no significa nada. 

Una prisión, entonces, que no se parece a una prisión.

Estoy mudo, de tanto saber que estoy mudo.
 

Por lo que, con un pedacito de roca se podría construir un mito, pero eso ni intentarlo puedo.



Entonces, ¿a cuál andén le podría colocar sombra? Y esto, ¿para así inventarme lo que ya no puedo inventarme?


Payasos y peces, pero borrados.


Y, repito, lo que una vez me expliqué (¿Qué pupila vacía es la que puede dictarme un canto sin sonido? Pero, ahora, no estoy para esos asuntos). Y, lo más extraño: aunque me explico, quizás no quiera explicarme.

Lorenzo García Vega

Saturday, February 12, 2011

Sonsonete


Cierto sonsonete (?)en el día de hoy. Me tomé la sangre y tengo 222 de azúcar. Depués, fui a ver al diabetólogo, quien me recomendó siguiera inyectándome las mismas unidades de insulina.

Después, continuó el sonsonete, pero traducido en lo plástico.¿Cómo fue eso?:
vi una unidad, atravesada con curvas superpuestas / había un abstracto, termómetro a medias; 

también una escultura, donde un niño de alambre, imposibilitado de correr / el techo era un trampolín;

y el rectángulo blanco, lleno del líquido de una vacuna / debajo, sin que se pudiera saber por qué se relacionaba con el miedo, había un tubito negro;

y un mini-cuento, donde se decía que, en lo rojo, se podía mirar una tonga de tubos con luz neón;

también una estructura, soñada por un calvo;

y dos velas blancas que, aunque marinas, sugerían un soldado rojo;

así como el desplazamiento de una línea de puntos / ellos, parecían sombras relacionadas con una película vista hace muchos años.

¿Puedo considerar que he tenido un día interesante?


El diabetólogo me dijo que la hipo-glucemia puede afectar la memoria.

Lorenzo García Vega

Thursday, February 10, 2011

NONSENSE CON DESTILACION


BA-TA-CLAN. Offenbach.  
Por fin, durante un insomnio, te has puesto las medias. Relacionado, el asesinato de los gatos, con la destilación más pura: una esencia.  
Porque, sin duda, es el insomnio: no se sabe si del reverso se pueda estar hablando. Sí, si es que se pueda estar hablando de ese más refinado producto, un producto francés.  
Me estoy diciendo, pues, que detrás de unos días elementales estoy jugando a lo mejor de mi mismo. Aunque no sé si esto se podrá entender.

Por lo que sólo al final, cuando el sueño vuelva a fundirse, será que, de nuevo, me reconcilie con la destilada esencia de los gatos. 
OBSERVACION-Durante la siega fue. Allá, donde el bataclán en que los espectadores sin ojos. 


Lorenzo García Vega

Wednesday, February 9, 2011

ESCANDALIZADO


Indecisión, ésa, cuando lo que se pudiera acercar al Punto.


(El cuerpo. En el Hospital -Sala de Emergencia-, del techo pendía un instrumento del Santo Oficio).


Hacia ti mismo, te viras. Al mismo tiempo, no te viras hacia ninguna parte. Si te hicieran una radiografía, no encontrarían otra cosa que lo seco de una lluvia. 


Pero todo esto, dicho, es como pronunciarse sobre un Santo. El Santo cuya mandíbula se imposibilita medir.

¿Y el poema? El poema, entonces, surge. Pero no se sabe ni cómo surge. Estoy escandalizado, pero nadie lo nota, ya que la lluvia seca está dentro de mí.

OBSERVACION- Nada, ni nadie, me avisa sobre el posible estado puro de un cuarto que se ha quedado solo.

Lorenzo García Vega

Tuesday, February 8, 2011

Grito neón

¿Lo gritado dentro de un bolsillo? ¿Un grito neón? ¿Una hornilla interpelando cucarachas? ¿Emoticones? 

Meterse uno dentro del bolsillo. Una posibilidad. Aparecer, como Nicodemo, en el vientre de una madre, o en el vientre de Jagüey. Poco probable. 
El regreso del grito. Una palabra descosida. Un bolsillo muerto. Hábrase visto paisaje más desolador. 
Sí, Gregorio echó afuera un grito. Pero no era él lo que gritaba, sino lo otro, lo que no había podido ser. Él también se había inventado una mañana para meterse dentro de ella.
Una nube fría, sobre una hornilla. ¿Por qué me impacta tanto esa imagen?
El arte de hacer llover. Gotas como plastificadas. 
Cerrar las cortinas. Cerrar, cerrar, guardar en el bolsillo todo el silencio. 
Interrogar al niño que escupe soles. 
Resignarse a esta eterna resolana de lo amarillo neón.  

Margarita Pintado

Monday, February 7, 2011

ESTOY INSTALADO


Inhalar. Así que coloco nube fría, sobre una hornilla. Los cacharros –el frigidaire-dispuestos para Gregorio Samsa. 

¿Estereotipado el grito? ¿La Forma podría ser un grito? Por supuesto, todo está metido en un bolsillo. 

(Pudiera volver a lo que fui; pero no, no puedo volver a lo que fui).


Y, ¿quién es el mecánico , debajo de un auto, instalado, desmayado, en el corto fílmico?

Pues hay una luna con luz neón, y Sol con luz neón, y varias lunas más, con luz neón.

Si se mira bien, quizás la cartulina, con emoticones amarillos, me bastaría para reconstruir, al revés, mi infancia. 

Lorenzo García Vega

Sunday, February 6, 2011

CARTA A SEAN


¡Oh, sí!: ese fantasma. ¿Es K H? ¡Qué raro! Ahora, frente a la casa, en tarde de domingo, él tiene una cara emoticona –línea curva, por supuesto- que le enciende, y le apaga, la sonrisa. ¿Qué es eso? 


¿Fijo el emoticón para que se escape después? No, no es así. No estoy fijando, para que luego se me escape, la curva del fantasma. 

Está la pila que, hace tantos años, chorreaba. 

El sueño, este sueño de ahora, la sitúa en la devoradora ansiedad de un miedo aullado (¿).

Pero, repito, estoy fijo (en el proyecto de un corto fílmico, el mecánico, desmayado, yace debajo del auto – pero, quién va a entender el libreto?). 

La escritura, todas las escrituras que he intentado, pudieran componer el cuerpo muerto que se pasea por la ciudad que ya no me responde. 

Pero ¿de qué estoy hablando?

¿Estoy hablando por hablar?

Lorenzo García Vega

LA ESTACION PARALIZADA


Nada se puede esperar, sino un viento churrioso.


Estoy mirando para todos los lados, pero sin mucho interés.


¿Hubo un grito, un cine 1934, una calle llamada Benjumeda?


Ninguna meditación, hasta ahora, ha conducido a nada.


Esas ramitas, ya como para siempre –aunque ya se sabe que no hay nungún siempre-, en el árbol que está frente a mi ventana.


-ADVERTENCIA- Ruina. "Uno debe arruinar un palacio para hacerlo un objeto de interés", esto lo dijo Diderot.



Lorenzo García Vega

NO CREO QUE ESTO SEA UN POEMA


Parece que, ya, yo tengo que inventarme la mañana en que despierto.


Un sucio tablero. El patio. El patio, con polvo, donde también voy viviendo. 


¿En qué cine echaron aquella película que, todavía, no recuerdo? 


No estoy viendo claro, por supuesto. Pero es que, tampoco, he visto claro nunca. 

Lorenzo García Vega


Friday, February 4, 2011

UN RARO AVISO


¿Hasta el Sol, hasta el mismísimo Sol, se podría meter dentro de una caja? En un día seco, aunque quizás se le pueda considerar como un día bueno. 


Más tarde, debido al hecho de que siempre vivo frente a un muro, repetiré el encuentro con una película de 1936. Esto, y también un grabado con misioneros frente al mar, mientras la luz neón de un ascensor. 


Pero ¿por qué las ruinas me alimentan?


Un día –seguro que será por la mañana- , y aunque no lo esté esperando, me encontraré con todos esos: los muertos que me corresponden. 

Lorenzo García Vega

Tuesday, February 1, 2011

"Abstract ducks", un poema visual para Lorenzo


iphone film de Margarita Pintado
Música de Mr. Fixit, (The Lazy Susan)


Saturday, January 29, 2011


-Posible grabado: una vaca desolada -desencajada- con su sexo al aire en plena página fina. Refinamiento para guardar en un archivo.  

-Una semana con cabezas, encontradas y, también, casi con el sabor extraño de lo que se vuelve a entender (proyecto para soñar un collage).  

- "Esos perros que nunca han cantado, ni que tampoco, nunca, cantarán", título para un posible poema que no acabo de poder soñar. 

 --La pregunta de Max Ernst, horas antes de morir: Robert, ¿qué piensas de la carta? 
Robert: "¿Qué carta?" 
Max: "Sabes bien qué carta, Robert. La Carta al Vidente".  

-Me volví a encontrar con quien conocí de joven, en el Instituto de Segunda Enseñanza. Siempre fue bautista, desde hace años es Pastor. ¿Qué me separa de él? Que él tiene una respuesta y yo soy un "colachero". Los "colacheros", no podemos tener respuesta. 


Lorenzo García Vega

Thursday, January 27, 2011

SOBRE LO RAPIDO


Macedonio decía del escritor que no alcanzaría a leer lo que iba escribiendo. Hoy tuve una experiencia de eso. Me sucedió que iba tan rápido que no podía leer lo que iba escribiendo. Pues fue que empecé escribiendo sobre un gato que estaba bajo la música del harpa. Pero sucedió que la cosa se me puso tan rápida que, de inmediato, todo se convirtió en otra lucha de gatos, situados en un patio feo y, donde, prescindiendo de la noche (estaba el avión de las 10 que siempre oigo), estaba cayendo, sobre un pequeño agujero de abismo sin fin, la búsqueda de un mar que siempre estaba lejos. Pero eso no sólo fue así, sino que lo rápido –escribiendo y escribiendo, yo- se me hizo más y más difícil de leer. No sabía si debía agarrarme la mano, pero si me agarraba la mano, entonces, por supuesto, dejaría de escribr. Por lo que así, entonces, arrebatado por lo rápido, me metí en un párrafo en el que ya no podía leer nada. ¡No podía leer lo que estaba escribiendo! Y esto a pesar de que, entre un trigo y un amarillo de hombre invisible, mi mano seguía escribiendo con un ritmo de cómic que, si no fuera porque no podía entender lo que estaba escribiendo, sería así como una vieja azotea –pedazos de insecto- que conocí en 1936.

Lorenzo García Vega

Tuesday, January 25, 2011

Pianos y venados



Era el viento. Lo que reunía, incongruentemente, las piezas de un rostro. Vertido todo hacia dentro. Un puente anciano. Cada pisada amenaza con quebrarte.  Cada pisada, tentando un precipicio. Y nosotros, del otro lado del río (sí, un río unútil bebiendo coordenadas amarillas) esperando entrar en ese patio imaginado-soñado-fantasmeado-sitiado que se ha instalado aquí: ahora todos podemos meternos en el blog. Ayudados por algunas imágenes con las que todavía no he jugado. Imágenes estas que uno no sabe en dónde meter.
Porque la marea hace un tiempo que viene trayendo cosas, ofrendas fuera de lugar. 
Hace unos meses un venado mojado, un venado que no existe, mojaba con sus patitas temblorosas la arena de una playa. Yo lo vi. Yo recuerdo esa playa. Yo también fui una muchacha en una isla. Por eso sé que no es cierto. ¿Quién ha visto venados nadando en una playa? 
http://www.youtube.com/watch?v=a5eIBS8HX4U

Pero lo absurdo no termina aquí, pues resulta que hoy apareció un piano de cola en una playa de Miami. Y dice la nota del periódico que por ahora, el piano de unas 650 libras (nadie sabe cómo llegó hasta allí) se ha convertido en refugio para las gaviotas. Entonces, se me ocurre que esto está íntimamente vinculado al blog. El venado y el piano: un reguero, los personajes de esa estación suya, en espera, quizá, de unos rinocerontes con cara de hipopótamos. 
Del pozo seguirán saliendo fábulas. Yo lo sé.
Y también sé que no habrá más noche. Y que él y yo somos como dos estatuillas sembradas en un patio albino. Lo posible. Un dibujo en ciernes arañando la casa.  Nadando con unos venados imposibles. Tocando de oídas un piano de cola que espera, impasible, en una era imaginaria.

Margarita Pintado

SUEÑO CON W. B YEATS


Un furor apenas perceptible, pero sin duda un furor (la hora se pondría seria).

Aunque inútilmente, quería ser lo que no ocurriría.

Una saga olvidada, inmediatamente después de haberla recordado.


El amarillo fue la coartada de la antorcha. No sabía como podría ser, pero el amarillo fue así.

Esa honda que aun no sé si la oí, apenas podía ser pescada por un punto.
 
Lejana imaginación de un pescador que jamás ha existido. 


Las bandurrias entonces: eran ya para viejas estatuas, cubiertas de hojas secas. Un contagio, para el cual no tendría ningún sentido usar un bisturí.
Y yo no me ví, porque no habría ningún viento desde el que me pudiera ver.


Suerte de páramo, por tanto, parecido a una hoja –flecha fría- , o a una, sola, mata. Los personajes de la vieja película, ya ni sueñan que yo pude tener un cuerpo.

Así que muda, esta Estación que estoy inventando. Todo un reguero. Todo un reguero que no serviría para donde empezar. O, lo que es lo mismo, inútil río.


(No habrá, en esta noche, ninguna fábula silente.


(Para Sean y Margarita)

Lorenzo García Vega

Monday, January 24, 2011

Lorenzo en patio albino

Hace un rato Lorenzo me envió esta foto, obra de Marta, esposa de Lorenzo. La foto venía acompañada del siguiente mensaje: "Soy un espectro." 


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