-Hurry Not Pot… Not- son los gritos que oigo al despertarme.
Estoy seguro que alguna imagen de la telenovela “Dónde está Elisa”, debe haber atravesado mi sueño.
Apresuradas. Muy apresuradas. ¡No se puede salir!
Llamaradas hay, en un balneario. Multitudes, repito, esperando salir.
Es decir, que hubo una playa, un centro de recreo. Un lugar con una luz fría, donde una vez estuve.
Me encuentro, al hurgar sobre todo esto, con Pastor el bobo.
Pastor el bobo vivía con su madre; siempre andaba por las calles de Jagüey Grande.
Nunca había recordado a Pastor, hasta ahora.
Así que, como en un berenjenal; como en una película donde yo estuviese metido.
Metido dentro de la película, pero lo raro es que no siento angustia.
Y Pastor el bobo riéndose siempre; algo contando, siempre. ¿Podría, él, entrar en la Imaginación Activa?
No sé por qué, pero creo que si pudiera meter a Pastor en una Imaginación Activa, habría un color amarillo sucio, amarillo terroso. Un color que acabaría convirtiéndose en una historia con la cual yo tropecé, en mi niñez.
Repito, no siento angustia.
Salí del sueño y no siento angustia.
-Hurry Not…Pot…- al despertarme
Después vino esto:
SI ES DE CY RI
Organización siniestra y con un color como de relato orwelliano.
Caí en esa organización y no sabía cómo salir. Pero, pronto desperté.
Acabo de leeer que el lingüista William Labov “demostró en 1973 que las categorías taza y cuenco son difusas en nuestro cerebro: se solapan, una en otra”. Esto me interesa.
Lorenzo García Vega
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