¿Y qué estamos haciendo aquí?

Pues no se sabe bien, pero resulta que al escritor Lorenzo García Vega le ha dado por intentar una novela conmigo, una estudiante graduada quien intenta, entre otras cosas, escribir una tesis sobre la vida y la obra de este señor que ahora es mi amigo. Lo que irá apareciendo aquí es, en palabras de Lorenzo: "un zuihitsu en el que fuéramos relatando, a la manera de un diario en email, el relato de nuestra relación (una relación establecida por motivo de una tesis, pero donde, lo que estaría, fuera el invento que haríamos, tú y yo, de nuestro pasado y de nosotros mismos, como dos personajes de generaciones distintas que tratan de encontrarse, inventándose."

Wednesday, July 7, 2010

Capítulo 1

Pero entonces si decidimos un Capítulo 1, éste ha de comenzar con una incisión en la vejez. Se tratará de una vejez “oficial”, vejez de orfelinato. Habrá que construir una armazón-estructura. Para empezar esto, no hay tiempo que perder. L G V escribió una novela cuando tenía siete años, ahora hay que reconstruirla.

¿El viejo, nuevo autor, es un malevo? Se dice que un malevo es quien tiene hábitos vulgares. Pero no se trata de que él sea un malevo. No. Él es un viejo con hábitos que no son vulgares, sino neutros. Hábitos neutros como, por ejemplo, el que consista en regar con agua fea a una planta fea. Esto día tras día, esto para nada.

Ahora que AND se ma metido en la vejez (y esto por decir algo, pues AND ya hace años que entró en la vejez).

O ahora, precisamente, ahora que AND ha entrado en una vejez oficial.

O ahora que AND ha entrado en un orfelinato (pues es, ahora, cuando oficialmente AND ha entrado en un asilo de huérfanos). Ahora, en fin, que él ha entrado en lo que sea, él construirá una cerrazón, pero no una cerrazón cualquiera, sino una cerrazón estructural.

Así lo entiende el Autor de este Capítulo: armazón estructural.

O sea, repito, AND va a reescribir “Aquellos amores desgraciados”, la novela que L G V al salir del Cine Regina, a las seis de la tarde, y al llegar a la casa de la calle Neptuno –lugar donde su familia estaba preparando la comida-, escribió la primera página. La tarde, las seis de la tarde, tenía el color crema que empapaba a una brocha que estaba usando un fantasma, pues con ella estaba pintando la pared de edad indefinible que tenía un descascaro también de color crema.

¿La película que estaban echando en el Cine Regina, era “Resurrección”, un film basado en una novela escrita por Tolstoy? Ya AND no se acuerda. AND se acuerda de la brocha color crema, parecida a la tarde, y usada por el fantasma. Esos saltos de agua cayendo sobre las matas verdes. Las hierbas que se doblan. Los matojos que se doblan. El fondo. El Autor del Capítulo casi no se detiene en el fondo.

Unas florecitas insignificantes, por entre los matojos.

Lo que devuelve a la cocina del Central Australia. Son las cinco de la tarde. En la cocina están machacando unos pedazos de carne. Lo verde. Verde con agua, de los matojos. Pues, las florecitas insignificantes, ¿en qué parte del sí-mismo ha quedado todo eso?

Insignificante, pero alucina.

Vuelve, pero para cerrarse, este Capítulo 1: a los yerbalos les está cayendo lo vertical del agua.

Y es que, amiga Margarita, tu tesis debe empezar por el final. Novela, el proyecto de Novela que escribirá AND. Sobre esto, hay que hablarle al advisor, o al curador, a al que le corresponda, a ver que nos aconseja. Una tesis debe tener un orden, y empezar por el final.

Lorenzo García vega

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