CALIZ CON ARTISTA RUBIA
Ese cáliz, con la hostia de la primera comunión, no es otra cosa –si se mira bajo una sombra parecida a un ruido- que el cartelito, con la cara pálida, de la artista de Holliwood que personificaba a la esposa de un cazador. Pero ¿cómo puede ser eso? A lo más, puede ser lo semejante a un dedo rojo que apunta hacia un fotingo rojo, perteneciente al año 1930. Pero, eso no significa nada. O, a lo más, eso sólo pudiera ser lo semejante a un chorro de color. Y, mientras estoy diciendo esto, un dirigible destartalado, cruzando el cielo de un mediodía feo, se incrusta en el cartelito del cómic de hoy, un hoy que es Domingo.
¿COMO PUDIERA …?
¿Cómo habría sido la vida de los que, al llegar a la madurez, hubiesen podido rectificar? La pareja, la pareja madura, sin saber lo que pueda encontrar, entra en una exposición. Pero una mancha, una mancha cenizosa, lo cubre todo. Y no hay más nada.
-Cambiar con lo mismo. Ser otro con lo mismo. Hoy quisiera ver una película silente.
-No corro. Me pregunto si alguna vez he corrido. Uno no sabe.
Lorenzo García Vega
Sunday, July 11, 2010
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