Aquellas fijaciones, aquellas identificaciones, que tuve desde mi juventud con el mundo imaginativo proustiano.
Pero sentí, en el sueño de anoche, que había dos Yo dentro de mí, y que uno de ellos fue el que tuvo fijaciones, identificaciones, con el mundo proustiano.
Desdoblando, entonces, me sentí que estaba. Dos Yo –repito-, y uno de ellos proustiano.
Pero, además, me parecía como que “un componente extraño” - ¿lo llamaré así?- trataba de entrar dentro de mí. ¿Algo relacionado con la cirugía?
Pero ¿cómo podía ser algo relacionado con la cirugía?
¿Qué podía ser eso? Pues no era nada que tuviera relación con lo que se pudiera considerar el argumento del sueño –o sea, el argumento de dos Yo, y uno de ellos proustiano-, sino que era como lo que pudiera atravesar el argumento, sin tocarlo.
¿Por eso fue que, al despertar, apareció el sfumato , o sea, apareció lo gaseoso de una sombra que, por un momento, se vinculó con la luz?
Después - ¿pasada una hora? -, tuve otro sueño donde un registro de presos.
¿ O era una capa de registro, a la que se superponía otra capa de registro?
Pero…, no sé…, quizás demoré en despertar. Creo…, no sé…
Y me pregunto si lo que soñé –si es que lo soñé-, de verdad ocurrió en un presidio.
¿Quién soy yo?
Lorenzo García Vega
Sunday, July 18, 2010
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