Unos huesos más negros que vivos. La revelación, en azul, de tres líneas. Me desperté muy tarde. Pasó un avión, y me dejó triste (y también unas muñecas con caras tristes, pero no reparé en ellas).
Dijo el viejo teósofo del Home:
-Anoche, en el sueño, muy amablemente le sonreí a la anciana que entró en el circo, en el momento de comenzar la función. Es que estoy anticipando eso: la reparación que tendré que llevar a cabo, en mi próxima encarnación. Yo me entiendo.
Lorenzo García Vega
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