"Necesitamos un lenguaje para nuestra ignorancia", cita de Gombrowicz, en el Diario de Piglia.
Mi zuihitsu, el lenguaje de la ignorancia. Sí, algo de eso es lo que estoy buscando.
Hoy, como a las tres de la mañana, me desperté artrítico y con todo el cuerpo contraído. Alguien, entonces, dentro de mí, me dijo que yo no debería de haber seguido viviendo, me preguntó la razón por la cual yo no pude suicidarme. Yo no pude...
¿Por qué estoy escribiendo esto? Bueno..., quizás un zuihitsu lo debe incluir todo, hasta lo energuménico, y aunque se escriba en un blog.
Entonces, continuando con mi despertar a las tres de la mañana, recordé aquel libro, "La tumba sin sosiego", que tanto releí.
Tres libros me permitieron sacar cuando me fui de la asquerosa Cuba castrista, y uno de los que escogí fue "La tumba sin sosiego".
Es curioso, cuando acabé de escribir esto que estoy diciendo, sentí que ya no tenía artritis ni contracción en el cuerpo. Es curioso.
¡Un lenguaje para nuestra ignorancia! Y en el blog, porque a los editores, si uno no deja de ser un no-escritor, no les interesa publicar nuestros diarios. Hay que seguir escribiendo para nadie, y quizás, paradójicamente, el blog es el mejor medio.
Lorenzo García Vega
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