Algo así como ese cuentecito de las eras imaginarias. ¿Cómo fue? Cuando llegué a Miami, conocí a un artista joven que me mostró unos monstruos. Yo supe, entonces, que no sólo aquello procedía del no paisaje donde acababa de instalarme (el no-paisaje donde ha habido hasta una colchoneta tirada en un solar yermo), sino que aquello inauguraba una era imaginaria del tamaño de una cajita: LA PLAYA ALBINA.
Después, comencé a contar los años de Orígenes y, no sólo se la dediqué a Raúl sino que, como siempre me pasa, se me trabucaron algunos datos, y hasta le atribuí a Raúl Sentenat algún dicho, y alguna cosa de la cual él no era el responsable.
Pero lo hecho hecho. Y yo nunca he dejado de admirar a Raúl Sentenat, el amigo artista que, junto con una Era Imaginaria de mala muerte: la Playa Albina, me entregó unos monstruos.
Lorenzo García Vega