¿Y qué estamos haciendo aquí?

Pues no se sabe bien, pero resulta que al escritor Lorenzo García Vega le ha dado por intentar una novela conmigo, una estudiante graduada quien intenta, entre otras cosas, escribir una tesis sobre la vida y la obra de este señor que ahora es mi amigo. Lo que irá apareciendo aquí es, en palabras de Lorenzo: "un zuihitsu en el que fuéramos relatando, a la manera de un diario en email, el relato de nuestra relación (una relación establecida por motivo de una tesis, pero donde, lo que estaría, fuera el invento que haríamos, tú y yo, de nuestro pasado y de nosotros mismos, como dos personajes de generaciones distintas que tratan de encontrarse, inventándose."

Monday, January 10, 2011

Enumerar


¿Lista de recuerdos? Aquella mañana, al enloquecer el aire, dos viejos autos iban por el trillo, uno detrás del otro. Esto sería el primer recuerdo de la lista. 


Búsqueda de lo que en uno siempre ha estado loco. Después, agarrar un género literario, o una mezcla de géneros, para expresar eso que en uno siempre ha estado loco.


La locura que siempre se tiene dentro. ¿Cómo, uno, se puede olvidar de eso?


Ese territorio extraño que me ha correspondido. ¿Por qué, nunca, he tenido el valor de colonizar ese territorio? 


Yo abría la puerta que daba para el patio. Esto era por la noche. Entonces arrojaba un vaso de agua, sobre la tierra: los árboles que veía se habían convertido en espectros. En seguida, como con miedo, yo cerraba la puerta y me metía dentro. Entonces, de verdad, la casa era un refugio.

Todo esto, lo recuerdo ahora al leer esto del chileno Raúl Zurita: “La noche es el manicomio de las plantas”. 

Arrear palabras, como un retraído. ¿Qué quiero decir con eso? No lo sé decir, aunque…, sí, quisiera arrear con ese tono de distraído que a mí me debe corresponder. Todos estamos distraídos, y yo también estoy distraído. 

“Nada es original. Robos de cualquier lado que resuene con inspiración o que impulse tu imaginación (…). La autenticidad es incalculable, la originalidad inexistente”. Jarmusch.

Aparecieron los posibles brujos. Lo imposible como posible. El agua que, por la noche, se tiraba sobre la tierra del patio. Voces del campo. Los bichos estaban escondidos.
 
Ahora sí que los muertos están a flor de piel. La autenticidad que vuelve: el plato caliente, en la cocina.
 
O sea: repito, repito, repito: lo mismo, lo mismo: lo amarillo; aquel patio en la noche, con un cienaguero tocando una filarmónica en el patio del Hotel Vista Alegre.

¿Estoy perdonando a mi pasado?

No, no perdono. Sigo rechazando, sigo odiando. Pero ahora, junto con rechazar, también acepto. 

Mastico, lo que he odiado. 

Acepto, por primera vez.

Las mujeres de las islas canarias eran batidas por el viento. El viento engendraba la locura. El viento siempre ha sido muy importante. Pero, no voy a explicar nada. Sobre todo, deseo enumerar. 

Lorenzo García Vega

No comments:

Post a Comment