Pero es que se me perdió algo en la repuesta a la tarjeta que Sean Manning me envió.
Es que Sean me habló de cuatro rinocerontes en estado de posibilidad.
Es que después, anoche, soñé con lo que no logré grabar del todo. Sólo quedaron piezas sueltas: una casa provinciana (esa casa, que formó parte del mundo de mi infancia, yo la conocí, pero nunca entré en ella) y dos menús. Uno de los menús le correspondía a la supuesta, onírica, querida del dueño de la casa (un personaje que ya había muerto, cuando yo nací).
Así que no sólo he confundido rinocerontes con hipopótamo, sino que mi repuesta a Sean ha sido disparatada. Pero, lo voy a dejar así. Sean lo comprenderá.
Lorenzo García Vega
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