¿Un médium? ¿Un médium en el Home? Un heterónimo que de mí se ha desprendido.
Lo que sigue es la aventura automática, desprendida del médium:
"Al encontrar la muerte. Sabiamente en el patio. Ningún rasgo, ninguna herida. Aquellos aviadores, Barberán y Collar, desaparecieron en un año de la infancia.Un columpio había, la pared hecha con aserrín, y una pelota rebotando. La mata, desprendida de un texto, que leería en otra ocasión. Un velocípedo, lo húmedo, el humo, también un trompo. Equinoccio de una oreja ( esto es tremendamente absurdo y, al final, termino rechazándolo). Estoy solo. Lo sumido es sólo una palabra que quizás se desprendió de un embudo. Barberán y Collar, a las 12 del día, volaron sobre el pozo. Esta contradicción (sí, una contradicción)que está inserta en mi sino. Ya Rolando, el que se presentó con la grotesca máscara de un poeta francés de cuarta clase, en aquella sesión de la vidente Emilia. La muerte, ahora, me estará esperando siempre. Una salida que se parece al esperanto."
Pero, como se ve, el heterónimo no se independiza de mí. El heterónimo, como médium, habla a través de Rolando, un desencarnado que conocí en una noche de mi adolescencia.
LGV
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