Era la impresión de que las grandes novelas que habíamos leído, perdidas estaban para siempre - o, habían quedado hechas pedazos.
Así que ya no tenemos tiempo para volverlas a leer. Ya no podemos volver a ser los lectores de los grandes textos.
En otra visión, he estado dispuesto a posar frenta a un alguien que no tiene cámara, pero que parece sostener una cámara.
Y lo extraño, lo muy extraño, es que algo me dice que, llegado a esa situación, ésta resultará ser el momento mejor. ¿Se entiende esto?
Eso, lo anterior, para explicarlo mejor, precisamente va a ser una extensión sin extensión.
O, si no puedo explicarlo, quizás pueda narrarlo de la siguiente forma:
Es el momento en que he estado sentado en la mesa de una terraza. Sentado, frente a una taza de café. Y entonces he comprendido que el punto siempre ha estado disuelto.
Habrá, por lo tanto, un rasgo muy extravagante, pues consistirá en el momento en que la espuma será lo sólido. No sé si me explico bien.
Y esto, todo este discurso que acabo de estampar aquí, surgió hoy, desde mi siesta.
Lorenzo García Vega
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