- ¿Quieres entrar?- le pregunta la muchacha, en el anuncio de la tele, al joven acompañante. Han llegado, y mientras le pregunta, ella apaga el botón de la musiquita del auto.
Yo oigo mi nombre, Lorenzo, desde una voz tan dulce como la de la muchacha del anuncio de la tele. ¿Me invitan a entrar?
Me despierto, voy a orinar. Son las tres de la mañana.
Mientras orino, me digo que es la muerte la que me puede estar invitando.
Y ¿si se hubiese enterado de esto que le está sucediendo al anciano que orina a las tres de la
mañana,qué es lo que hubiera dicho Simone de Beauvoir?
LGV
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