Los tesoros sucios ríen. Salpicados están con el agua fea que decora los canales de ese país que él se ha inventado. Como todo lo demás.
No está bien que oscurerezca tan temprano. Porque los ojos los tenía acostumbrados a más franjas amarillas, y no a estos hilos de noche moliendo ventanas. Además, dibujar la noche presenta ciertos retos nuevos. Y estos días las energías....
Pero la locomotora, si pasara, cargada de tesoros sucios, destilaría alguna luz, encendería, un poco, esta pobre noche empezada a las 5:30 de la tarde. Pero ¿para qué invocar lo que no existe? Lo ido, tan triste en su marcha de campanitas.
El gato y la jirafa se han hecho amigos. Debería explicarme, pero no es este el momento. Amenazan minutos adornados de palabras fuertes. Tengo que terminar lo que empecé, aunque se me pierdan todos los Orígenes y las fugas siembren lo suyo en esta gran pradera que es mi cabeza.
"La ternura de los hornos", dijo el pavo. Pero antes del pavo, esto lo dijo la poeta Mara Pastor en un poema muy bonito que ahora no recuerdo. "La ternura de los hornos", como bailando con "Los caudriláteros de lluvia", también de Mara.
Tengo el mal de la combinatoria en esta noche oscura del alma, y del papel. En donde limpios puntos rayan caminitos opacos, como de cartón.
Margarita Pintado
No comments:
Post a Comment