Sustraerse de un paisaje. Un proyecto. Borrarme de detrás de esta mesa y aparecer en otra, lejana, desconocida, más alegre acaso.
Las bufandas de un día claroscuro como este. Los puños arrodillados y tú no dices nada.
Sed no había, pan tampoco. Pero el frío ya ha madurado tanto. Cuadros de viento rompiendo en la frente.
Las flores se mueren, ahogadas.
Todo como tomando la forma de una afrenta.
El cuello suda ectalactitas.
Experimento con la música que no existe, pero que podría ser. Mirar una cajita de pandora sin atreverse a abrirla. Decidir un silencio. Nombrarlo. Dejarlo extinguirse, poco a poco.
Cerrar los ojos. Cerrar, también, la mirada debajo de los ojos. Fingir que me sumergo en un cubo de agua. Helada.
Substraerse de un paisaje. Cocerse el tiempo adentro. Los relojes de arena me visitan, ahora, en una playa imaginaria. Tiempo muerto. Arena mojada. Mis pies temblando hielos.
Ya nada está de moda.
Margarita Pintado
Thursday, November 4, 2010
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