-A las 11 de la mañana un auto grande, blanco, parquea frente a la casa. De ese auto sale un mecánico con un mono azul. Será un amigo del vecino o un cristiano perteneciente a la misma secta donde está metido el vecino.
Pasa un avión. El mismo avión que en el recuerdo, o en la imagen, o donde sea, pasa a las 10 de la noche, o es el avión de Barberán y Collar, o es el que crea un mediodía (12 en punto) sobre el pozo de Jagüey Grande.
Un ruido que parece como seco. Un auto que debe estar a unas cuantas cuadras de la casa.
En el sueño conque me desperté, había una silla de ruedas sobre el mármol, también apareció una plataforma deslumbrante sobre una deslumbrante bahía que nunca he visto, y que nunca veré. Había, también, una dama fílmica -pelo amarillo- que se acababa de separar del esposo que ya no la amaba.
Leo que cuando el ex-presidente Bush recuperó el sentido después de un accidente, "sus perros Baney y Spot lo contemplaban".
Pasa un ave. Pasa un carro de la policía (aquí, donde vivo, casi nunca pasan los carros de la policía).
Desde el balcón de la calle San Lázaro. 1934. El contacto con una payama de lana. Entonces una película de los hermanos Marx, y los autos, tranvías, pasando. Se hacían cábalas, adivinaciones, conjuros, con las chapas de los autos que pasaban debajo del balcón. ¿Cúantos autos repetían el mismo color? ¿Y eso qué significaba?
Lorenzo García Vega
Lorenzo acabo de descubrir tu blog y me gusta muchisimo, lo seguiré diariamente.
ReplyDeleteGracias por compartir tu diario.
Un abrazo.
Pedro Portal.