¿Y qué estamos haciendo aquí?

Pues no se sabe bien, pero resulta que al escritor Lorenzo García Vega le ha dado por intentar una novela conmigo, una estudiante graduada quien intenta, entre otras cosas, escribir una tesis sobre la vida y la obra de este señor que ahora es mi amigo. Lo que irá apareciendo aquí es, en palabras de Lorenzo: "un zuihitsu en el que fuéramos relatando, a la manera de un diario en email, el relato de nuestra relación (una relación establecida por motivo de una tesis, pero donde, lo que estaría, fuera el invento que haríamos, tú y yo, de nuestro pasado y de nosotros mismos, como dos personajes de generaciones distintas que tratan de encontrarse, inventándose."

Thursday, September 9, 2010

Alarma


¿Y el público dónde está? 
Ranitas cantando, matojos, en la noche de Caracas. Había llovido por la tarde.
Lo que ahí puede estar viviendo es una zona ciencia-ficción: detrás del cuerpo, aunque interior, dentro del cuerpo entonces.
En la habiatación vacía se oía una campana.
Leía, encuero, un libro de poemas. ¿Quién?
Se lleva hasta el final, ¿qué?
Casa grandísima.
Extendidos. Los brazos extendidos. 
En la habitación vacía se oía una campana. Hay alguna preocupación por el tamaño del pene. 

¿Tiene, necesariamente, que haber alguien más?
Las ranitas, y las ranitas, cantando. Los matojos estaban llenos de agua. ¿Por qué, seriamente, nunca he pensado en el suicidio? ¿Qué relación pudo haber?
Se estaba en una casa vieja, de madera.
Hoy es 9 de septiembre, y se estuvo en una vieja casa de madera.
En Caracas, cuando estuve en Caracas, fue cuano oí a las ranitas. Cantando, el agua, toda la noche.
Una casa, sabor de madera ahora, en este momento donde no se me ocurre pensar en el suicidio, pero en que no tengo nada que hacer.
Nada que hacer, ni nada que decir.
La comparación era entre el canto de las ranitas y la campana dentro del cuarto vacío. Pero ¿de qué relación se trataba?
La alarma es por mi muerte, pero yo no la acabo de oir.

LGV

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