¿Y qué estamos haciendo aquí?

Pues no se sabe bien, pero resulta que al escritor Lorenzo García Vega le ha dado por intentar una novela conmigo, una estudiante graduada quien intenta, entre otras cosas, escribir una tesis sobre la vida y la obra de este señor que ahora es mi amigo. Lo que irá apareciendo aquí es, en palabras de Lorenzo: "un zuihitsu en el que fuéramos relatando, a la manera de un diario en email, el relato de nuestra relación (una relación establecida por motivo de una tesis, pero donde, lo que estaría, fuera el invento que haríamos, tú y yo, de nuestro pasado y de nosotros mismos, como dos personajes de generaciones distintas que tratan de encontrarse, inventándose."

Monday, June 14, 2010

¿En dónde, Lorenzo?

Ha pasado algún tiempo. No tanto, una semana, pero yo me puedo poner melodramática. Además, los días, con el calor, se esponjan. Ayer hablaba con mi amigo Luis. Cuando uno escribe una tesis hay algo, una pregunta que tiene que saltar a cada rato. Puede ser una palabra, una frase, o hast puede ser una imagen a la que todavía no hemos podido nombrar. Quéséyo, un rabo de caballo derritiéndose bajo el sol, o un carrito de supermercado, el metal caliente, y unas manos a punto de quemarse. O, puede que la imagen se sacuda un poco, y aparezcan, entonces, un viejo y un pájaro, y una puerta caliente guardando cosas muy frías. Y el silencio de los días pasando mientras nada pasa, mientras todos esperan eso que no pasa, y que se sabe, no pasará.
Me asaltan imágenes en este día. Veo a Luis, por ejemplo, esperando con calor, subiéndose las mangas de su camisa, frente a la biblioteca de Princeton. Un poco triste, y hablando sobre literatura anarquista. Le digo que a veces no sé de qué estoy escribiendo la tesis. Sí, es sobre la obra de Lorenzo, (perdón, debo decir sobre la vida y la obra) pero ese no es el punto, el punto ya no es un punto, puede que sea pliegue, pero eso es muy barroco y esta tesis no es sobre el barroco, aunque sí es sobre el barroco. Hay otra chica, Ingrid, que se está metiendo con esas cosas, y con el surrealismo de Lezama. Es que somos muchos los tesiteros, y yo me pregunto si es que somos los últimos discípulos, yo me pregunto si andamos huérfanos de padre y madre, yo quisiera saber, en verdad, qué es lo que andamos buscando.
Y yo dudo. Yo, a veces, repito, no sé de qué van las tesis. Pero las imágenes vienen: el carrito caliente, el hombre y el pájaro, el rabo de ese caballo derritiéndose (¿pero puede el pelo derretirse?), y el oficio del escritor. Ese es el punto, que repito, quizá no sea ni punto, ni pliegue, pero ahí está el meollo.
Y leo a Deleuze, y dice el francés que, “El principio de las entradas múltiples por sí solo impide la introducción del enemigo, el significante, y las tentativas de interpretar una obra que de hecho no se ofrece sino a la experimentación.” ¿Cómo entrarle a esta tesis? ¿Cómo trampear una tesis? ¿Se podrá escribir una tesis experimental? ¿Se puede? ¿Me lo permite la academia? ¿Con quien hay que hablar? ¿Advisor? ¿Escuela graduada? Es bastante problemático ser tesitera y tener vocación por la tesitura de las cosas, de ciertas cosas que se escapan. Cómo él. Y en este día me pregunto, ¿en dónde está? Te pregunto a ti, Lorenzo, ¿en dónde estás? ¿Por dónde entras a este día?

Margarita Pintado

2 comments:

  1. "yo me pregunto si andamos huérfanos de padre y madre, yo quisiera saber, en verdad, qué es lo que andamos buscando.

    ¿Con quien hay que hablar? ¿Advisor? ¿Escuela graduada?"

    Tejer el rastro del sinsentido como un lazo para la criatura que los desea acompañar. El sinsentido como una serpiente camuflando su digestión. No es.

    Al hablar con la serpiente, el fuego deviene sílaba. Te cobran en la entrada si quieres ver a los monstruos del circo.

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  2. Al hablar con la serpiente, el fuego es una mentira de la tele.

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