Indecisión, ésa, cuando lo que se pudiera acercar al Punto.
(El cuerpo. En el Hospital -Sala de Emergencia-, del techo pendía un instrumento del Santo Oficio).
Hacia ti mismo, te viras. Al mismo tiempo, no te viras hacia ninguna parte. Si te hicieran una radiografía, no encontrarían otra cosa que lo seco de una lluvia.
Pero todo esto, dicho, es como pronunciarse sobre un Santo. El Santo cuya mandíbula se imposibilita medir.
¿Y el poema? El poema, entonces, surge. Pero no se sabe ni cómo surge. Estoy escandalizado, pero nadie lo nota, ya que la lluvia seca está dentro de mí.
OBSERVACION- Nada, ni nadie, me avisa sobre el posible estado puro de un cuarto que se ha quedado solo.
Lorenzo García Vega
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