¡Oh, sí!: ese fantasma. ¿Es K H? ¡Qué raro! Ahora, frente a la casa, en tarde de domingo, él tiene una cara emoticona –línea curva, por supuesto- que le enciende, y le apaga, la sonrisa. ¿Qué es eso?
¿Fijo el emoticón para que se escape después? No, no es así. No estoy fijando, para que luego se me escape, la curva del fantasma.
Está la pila que, hace tantos años, chorreaba.
El sueño, este sueño de ahora, la sitúa en la devoradora ansiedad de un miedo aullado (¿).
Pero, repito, estoy fijo (en el proyecto de un corto fílmico, el mecánico, desmayado, yace debajo del auto – pero, quién va a entender el libreto?).
La escritura, todas las escrituras que he intentado, pudieran componer el cuerpo muerto que se pasea por la ciudad que ya no me responde.
Pero ¿de qué estoy hablando?
¿Estoy hablando por hablar?
Lorenzo García Vega
No comments:
Post a Comment