Mini-cuento y sueño- Al terminar de leer un mini-cuento, uno puede decir: "Bon appetit".
Cuando uno sale de un sueño, ¿también puede decir lo mismo?
-Un pedazo de yeso que se acaba de suicidar.
--Esos dos personajes amarillos, frente a frente y al lado de la ventana. Al fondo, las hojitas del árbol, con luz neón.
- ¿Un Diario igual a una novela en expansión? ¿Un Diario compuesto como el Dripping de Jackson Pollock? ¿Reguero, siempre reguero, de una novela que no acaba de ser, porque siempre se está expandiendo?
-¿Nítidos recuerdos? Pero ¿por dónde andan los nítidos recuerdos?
-La lectura es siempre incierta e indicial, las palabras parecen piedras en un muro, el sentido depende del peso, del volumen, de la posición. Llamamos a ese modo de leer la "crítica concreta", dice Piglia.
Yo me pregunto si ese modo de leer es lo adecuado para entender nuestros sueños.
Ejemplifico esto con un SUEñO: van caminando por ese patio que ha formado parte de sus vidas / de pronto, al desdoblarse sus vidas, el diablo y el sexo / toman las riendas de un pasado que nunca se ha acabado de ir / estalactitas, estalagmitas: interiores: toman la rienda / es un océano de perversión / ahora se comprende: nunca nada se disuelve / como las olas de un pozo / se podría contar esa historia del demonio / en qué lugar? / el patio de la casa de mi tía Marardina, en Jagüey Grnade / pero hay otros patios, tenebrosos, más o menos recientes.
-Tenedor y mi pañuelo viejo, sobre la mesa del comedor. ¿Por qué creo que hay una historia ahí?
Lorenzo García Vega
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