Pero ¿qué sentido puede tener lo borroso de un clavo semi-hesférico? Aunque había luz, las tinieblas no dejaban de ser necesarias. Pero ¿qué es lo que se busca –si es que, en realidad, se busca algo-, cuando no hay nada que buscar.
Pues se trata de una austeridad muy rara. Había una caja, y en su interior una fiebre –pero ¡que fiebre tan lejana¡- Fiebre que ya no padezco, aunque todavía pudiera padecerla.
¿Por qué -¿en cuál paisaje?- ha sido devorado? Una araña que es como agua, aunque sobre esa agua no hay nada que decir (Resbala, sin ningún sentido, la palabra almidón).
Y aquí estoy, entonces, en este infierno que me está permitido. Sin que se sepa bien para qué, en este infierno, hay huecos que son semillas.
Como si no llegara a contemplar ningún ajedrez, dentro del crucigrama.
Un conjuro sin forma. Pero arreglarse con eso no es fácil. No es fácil un conjuro sin forma.
Lorenzo García Vega
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